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sábado, 28 de noviembre de 2015

27-11-15: 40 años de Franquismo (con Marisa Peña y Dolors Marin)

27-11-15: 40 años de Franquismo (con Marisa Peña y Dolors Marin) 40 años desde los 40 años. Balance de una de las épocas más negras de la historia de España.



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sábado, 14 de noviembre de 2015

13-11-15: La maraña de los Balcanes: la guerra de Yugoslavia

13-11-15: La maraña de los Balcanes: la guerra de Yugoslavia. Con dos conocedores, tanto de la historia yugoslava y post-yugoslava, como sobre el terreno, tratamos de arrojar algo de luz sobre los hechos, sus causas y sus consecuencias. Un país de finales del siglo XX, en la Europa civilizada, vivió terribles episodios de violencia, genocidios, limpieza étnica, violaciones masivas. Nacionalismo, fascismo, guerra en los Balcanes.


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domingo, 8 de febrero de 2015

30-1-15: ¡Ser homosexual no es delito! Aniversario de la despenalización (entrevista con Antoni Ruiz, ex-preso social)

30-1-15: ¡Ser homosexual no es delito! Aniversario de la despenalización (entrevista con Antoni Ruiz, presidente de la Asociación de Ex-presos Sociales). Cel ebramos con Antoni Ruiz el aniversario, y hacemos balance de estos años y un repaso de la situación del colectivo LGTB en la actualidad. Además, reemitimos una entrevista que realizamos en 2009.


http://www.ivoox.com/30-1-15-ser-homosexual-no-es-delito-aniversario-de-audios-mp3_rf_4020513_1.html


martes, 18 de febrero de 2014

14-2-14: Salvador Puig Antich, asesinado político (con Carme Puig Antich y Manuel Huerga)


Con Carme Puig Antich, una de las hermanas de Salvador, haremos un análisis de las circunstancias del asesinato político cometido el 2 de marzo de 1974, así como una glosa de Salvador, que fue, entre otras cosas, comprometido libertario y antifascista que luchaba por conseguir una sociedad libre y sin clases. 


La condena a muerte de Salvador Puig Antich (Barcelona, 1948-1974), uno de los últimos condenados del franquismo (y último ejecutado por garrote vil), es uno de los episodios más ignominiosos de la ya de por sí abyecta dictadura. 

 


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miércoles, 8 de enero de 2014

El oftalmólogo del rey (por Aníbal Malvar)


El oftalmólogo del rey

      
Andan las huestes republicanas, los conspiradores judeomasónicos y los comunistas difundiendo por los bares y por twitter que nuestro rey, antes de tartamudear su discurso en la pascua militar, había comido algo que no le sentó bien. La falta de información de la horda roja alcanza estratosferas impropias de gente que presume de haber leído a Marcuse. Como todo el mundo sabe, desde hace tiempo la Casa Real tiene contratado a un figurante para que cojee y balbucee en los actos públicos, mientras nuestro monarca, en realidad, se sacrifica cumpliendo las tareas propias de un jefe de Estado, cuales son cazar elefantes en Botswana o iluminar el bello rostro de Corinna zu Sayn-Wittgenstein con una lunita de papel plata.


Mientras esto sucedía, el malvado juez José Castro pergeñaba, en su oscura covacha mallorquina, la perversa imputación de nuestra infanta Cristina por su vinculación con la trama Nóos para desestabilizar la monarquía y volver a vender el oro español a Moscú, por mucho que todo el mundo sepa que el oro español ya no le interesa a nadie, pues lo ha puesto a buen recaudo el Partido Popular en Suiza y en las islas Caimán, ya que aquí se oxidaba mucho por el clima.

Que el doble del rey a veces ve doble, y así no hay quien lea un discurso, es asunto muy bien conocido por el mugriento populacho español, y nunca ha socavado la sólida arquitectura monárquica de nuestra noble patria. Pero lo del juez Castro raya en antipatriotismo. Y en flagrante ausencia de caballerosidad, ya que suena muy horrísono y prostibulario eso de imputar a una dama.


Afirma el escasamente galante juez Castro que Cristina de Borbón mantenía, respecto a los negocios de su marido, “una actitud propia de quien mira hacia otro lado”. En ese caso, deberíamos estar imputados todos los españoles, pues es lo que hemos hecho desde que, en 1975, Juan Carlos I El Campechano sucediera a nuestro añorado Francisco Franco al frente de la Jefatura del Estado, que es institución de no tomarse mucho a risa. Este juez Castro debe de haber estudiado en el extranjero, y no se entera de cómo son la ley española, la justicia española y la mítica furia de La Roja de centro de campo para atrás. A este juez Castro habría que hacerle una Elpidio-succión, que es lo que supongo que estará tramando Rafael Spottorno, ex saqueador de Caja Madrid y hoy jefe de la Casa Real. No hay que olvidar que este elegante y discreto caballero alardea, en su currículum, de haber pertenecido a la selecta nómina de diez ejecutivos de Caja Madrid que se repartieron 25 millones de sobresueldo el año en que la entidad tuvo que ser rescatada con 4.465 kilos. No es de extrañar que Juan Carlos I, tan poco dotado para los negocietes como aficionado a ellos, lo eligiera como hombre de confianza.

El caso es que uno se asombra de que a la pobre Cristina la estén imputando por mirar hacia otro lado, mientras que, por ejemplo, al doble del rey no le toque ni un pelo de la Corona la Justicia, a pesar de tener a su mando a todo el servicio secreto español -que algo debía de saber- y a los ejércitos de tierra, mar y aire. ¿Hacia dónde miraba el doble del rey cuándo iba al palacete de Pedralbes a bajarse un Vega Sicilia con su yerno? ¿Nunca se preguntó de dónde salía tanta pasta?



Quizá el haber leído de forma torpe el discurso de la pascua militar sea ya estrategia defensiva, pues no se puede acusar de mirar hacia otro lado a un señor que ni siquiera es capaz de fijar la vista en el discurso que tiene ante sus narices. Pero, queridos jueces, una imputacioncita, aunque sea pequeña, a nuestro amado Juan Carlos, creo que tampoco estaría de más. ¿Y Felipe? ¿Y la periodista republicana? ¿Hacia dónde miraban estos dos garantes del mantenimiento de nuestra honrada monarquía? España no necesita jueces. Lo que hacen falta son más oftalmólogos. Para el doble del rey, para todas sus castas, para nuestros jueces y, sobre todo, para esa majada sesteante a la que algunos dan en llamar pueblo.  Y que también ha mantenido siempre “una actitud propia de quien mira hacia otro lado”.

Extraído de:
http://blogs.publico.es/rosa-espinas/2014/01/08/el-oftalmologo-del-rey/

viernes, 21 de enero de 2011

La Transición no fue modélica (Vicenç Navarro)

Existe una percepción generalizada en los establishments políticos y mediáticos españoles de que la Transición de la dictadura a la democracia que tuvo lugar en la segunda mitad de los años setenta fue modélica; es decir, ejemplar. Quisiera exponer en este artículo mi desacuerdo con esta percepción, subrayando que la continua promoción de tal lectura de nuestra realidad favorece a las fuerzas conservadoras, que continúan teniendo un enorme poder en nuestro país. En realidad, la Transición se hizo en términos muy favorables a estas fuerzas conservadoras, herederas de aquellas que en su día fueron responsables del golpe militar de 1936 y que, 40 años más tarde, dirigieron aquel proceso de transición. Me estoy refiriendo a la banca, a la patronal y a la Iglesia, defendidas por el Ejército y por la Monarquía, que representa el símbolo y continuidad de este dominio.

Este enorme bloque de poder se vio forzado a realizar cambios significativos en respuesta a grandes movilizaciones populares. La imagen tan promovida por el establishment mediático y político del país de que el rey nos trajo la democracia es una burda manipulación del análisis histórico. La mejor prueba de la escasa sensibilidad democrática del monarca fueron los borradores del cambio propuesto por los primeros gobiernos monárquicos, en los que la representatividad y diversidad política estaban sumamente limitadas. Fue la presión de las clases populares y, muy en particular, de las huelgas obreras de claro carácter político (ignoradas y ocultadas en la historiografía oficial) las que forzaron los cambios en aquellos borradores.
En aquellos años tuvieron lugar las movilizaciones de la clase trabajadora más intensas que se hubieran visto en Europa desde los años sesenta. En 1976, hubo 1.438 días de huelga al año por cada 1.000 trabajadores (la media en la Comunidad Europea era de 390 días) y en la metalurgia, 2.085 por cada 1.000 (el promedio en la Comunidad Europea fue de 595 días).

Un tanto semejante ocurrió en 1977. Tales movilizaciones forzaron los cambios, pero, debido a la enorme represión de la dictadura (por cada asesinato político que hizo Mussolini, Franco realizó 10.000) y al gran poder del bloque conservador, no consiguieron romper con el enorme dominio político que aquel bloque tuvo en configurar la Transición. No hubo rotura (como sostiene una interpretación sesgada de la Transición, promovida por el bloque conservador y con la complicidad de algunas voces de izquierda), sino una reforma dirigida por aquel bloque de poder y que dejó su imprimátur tanto en la Constitución (que iguala, por ejemplo, la escuela privada –gestionada en su mayoría por la Iglesia y que sirve a los grupos sociales más pudientes de la población– con la escuela pública, a la que asisten los niños de las clases populares), como en el sistema electoral que estableció (que discrimina a la clase trabajadora, hoy enormemente subrepresentada en uno de los sistemas electorales menos representativos de los regímenes electorales existentes).
Y este dominio de aquel bloque conservador continúa siendo enorme. Entre otros indicadores de tal poder cabe destacar que hoy, 33 años después de la Transición, España continúa siendo:

1. El país con el gasto público social por habitante más bajo de la UE, situándose a la cola de los países con semejante nivel de desarrollo económico; es decir, la Unión Europea de los Quince (UE-15).

2. El país de la UE-15 con mayor fraude fiscal, realizado en su mayoría por la banca, la patronal y los sectores más pudientes de la población. Según las propias cifras de los técnicos del Ministerio de Hacienda, tal fraude fiscal equivale a un 10% del PIB, por lo que España es el único país de la UE-15 donde, según las declaraciones de renta, un empresario ingresa menos al año que un trabajador.

3. El país con mayores desigualdades de renta (junto con Gran Bretaña, Grecia y Portugal) de la UE-15.

4. Uno de los países con uno de los Estados del bienestar más polarizados de Europa, con el 30% de renta superior del país cubierto por los servicios educativos (excepto los universitarios) y sanitarios privados, y el 70% restante (clases medias y clase trabajadora) por los servicios públicos.

5. El país de la UE-15 en el que mueren más trabajadores por enfermedades laborales sin que ello conste en su certificado de muerte, como consecuencia del enorme poder de la patronal y de las Mutuas Patronales Laborales que controlan.

6. El único país donde no se puede criticar al jefe del Estado (que no permite en su presencia denunciar al dictador que ha asesinado más españoles en el siglo XX, al cual su consorte, la reina, se ha referido como un dictador blando).

7. El país que aporta más fondos públicos a una de las jerarquías eclesiásticas católicas más retrógradas de las existentes en Europa.

8. El país donde un nacionalismo exacerbado central, heredado del franquismo, ahoga a las nacionalidades periféricas sin permitir el reconocimiento de un Estado auténticamente plurinacional.

9. El único país de Europa que ha padecido una dictadura donde las víctimas asesinadas por aquella continúan desaparecidas sin que el Estado se haya atrevido a desenterrarlas y darles el homenaje que se merecen.

Estos indicadores, entre otros muchos, deberían cuestionar la definición de aquella Transición como modélica. La insistencia en presentarla como tal fortalece a las fuerzas conservadoras que dominaron aquel proceso. Su constante reproducción en los medios tiene, además, el impacto de disminuir las expectativas de cambio entre la población, al reducir los objetivos a los que las fuerzas democráticas debieran aspirar, dificultando todavía más el muy necesario cambio que el país necesita para alcanzar la calidad de vida que su población se merece.

Vicenç Navarro es Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas
de la Universidad Pompeu Fabra y de la Johns Hopkins University.

Extraído de:
http://www.vnavarro.org/?p=1561