martes, 6 de septiembre de 2011

Respuesta a la carta de Esperanza Aguirre a los profesores

Respuesta a la carta de Esperanza Aguirre a los profesores

Señora Aguirre, usted nos dice que una situación de crisis se ha de afrontar mediante ahorros económicos y que esta medida justifica el aumento de tan sólo dos horas lectivas al profesorado. Nos aclara por lo demás que ese esfuerzo personal del docente vendrá retribuido económicamente de alguna manera.

Desmontado el asunto del ahorro económico:

Usted nos dice que estas medidas suponen un ahorro de 80 millones de euros al año, pero por otro lado las arcas del erario público dejarán de ingresar 90 millones debido a los beneficios fiscales de los que gozarán aquellas familias que envían sus hijos a la escuela privada (y aquí no se incluye el dinero que deja de recaudarse por medio de la desgravación indirecta a los concertados, con los chanchullos que permiten hacer la declaración de la renta a nombre de una organización religiosa). Quiere esto decir que usted arrebata de la Escuela Pública unos fondos porque quiere destinarlos a bolsillos privados; en consonancia con los deseos de la patronal ha triplicado el tramo de renta, lo que supone un regalo fiscal para las rentas más altas. Su apuesta es clara, señora Aguirre. Usted no ahorra, usted invierte dinero público en la enseñanza privada.

Por otro lado he de recordarle mi horario como docente, que no es de 18 horas lectivas sino de 37,5 horas, y ello sin considerar el esfuerzo y dedicación personal fuera de ese horario para la preparación de mis clases, la elaboración de materiales didácticos, de actividades de refuerzo y profundización para el seguimiento atento y personalizado de la evolución en el proceso educativo de cada uno de mis alumnos, la revisión y corrección de sus tareas y sus exámenes. Tampoco incluiré en ese horario el tiempo dedicado a seguir perfeccionando los conocimientos relativos a mi especialidad para estar al día en la educación que imparto; ni mi esfuerzo por adecuar dichos conocimientos a la situación concreta de mi centro o grupo.

Decir que un profesor trabaja sólo las horas que está presente en el centro educativo sería como decir que usted trabaja sólo el tiempo que está sentada en su escaño. Nuestra profesión exige un esfuerzo personal y una generosidad que va más allá de las horas de presencia efectiva en nuestros centros. Usted que también desempeña una función pública debería saberlo.

Mi rechazo a las instrucciones del inicio de curso se relaciona con otros asuntos.

Con estas instrucciones de inicio de curso no sólo está en juego la defensa de los derechos que nos asisten en materia laboral a los trabajadores; las consecuencias globales de esta medida, que usted no menciona, suponen la degradación de las condiciones en las que hemos de desarrollar nuestra tarea de docentes y que afectarán al servicio mismo que se da al alumnado desde el ámbito público de la Escuela; también es una consecuencia destacable y nada desdeñable, como lo es para usted, la supresión de los 3000 puestos de trabajo de interinos que son parte de las plantillas de los centros (que se suman a los más de 2500 interinos afectados ya por los recortes del año pasado); si esto fuera poco con estas medidas nos jugamos todo un modelo de educación. El modelo de la educación pública. Su defensa no sólo concierne a los docentes sino que incumbe a todos: alumnos, padres y madres, ciudadanía en general, pero también es parte de mi trabajo como funcionario al servicio de lo público. Toda medida que degrade el servicio que ofrece la Escuela pública ha de ser contestada de forma contundente por parte de sus trabajadores como una de sus obligaciones, según figura en el estatuto del funcionario, el reglamento que rige este cuerpo especial de profesionales de la enseñanza.

Para su información señora Aguirre, mi más profunda “vocación” es una enseñanza libre de dogmas, científica y humanística, que garantiza la igualdad de oportunidades y la convivencia en la diversidad constitutiva de toda sociedad. Es mi “vocación” como docente público la que me mueve, señora Aguirre.

Guarde sus caramelitos…


Extraído de:
http://soypublica.wordpress.com/2011/09/03/soy-publica-propone-esta-carta-de-respuesta-a-esperanza-aguirre/

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