jueves, 9 de agosto de 2012

Mercadona y SAT: ¿Quiénes son los ladrones?


Mercadona y SAT: ¿Quiénes son los ladrones?
Esther Vivas

Sacar de un supermercado nueve carros de la compra con productos alimentarios de primera necesidad sin pasar por caja para dárselo a quienes más lo necesitan parece ser constitutivo de delito; vulnerar derechos laborales, pagar un precio de miseria a los productores agrícolas y acabar con el campesinado local... queda impune ante la Ley. 

Ésta es la conclusión que podemos sacar de la acción llevada a cabo por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), cuando este martes 7 de agosto entraron en dos supermercados, un Mercadona en Écija (Sevilla) y un Carrefour en Arcos de la Frontera (Cádiz), recogieron alimentos básicos, salieron del primero por la puerta sin  pagar y se los entregaron a colectivos necesitados. 

Tras esta acción, el ministro de interior Jorge Fernández Díaz ha dado orden de “busca y captura” para los sindicalistas que la llevaron a cabo, afirmando que “todos somos conscientes de que la gente lo está pasando mal, pero el fin no justifica los medios". Aunque para Fernández Díaz sí hay medios que son justificados por determinados fines. Los sindicalistas del SAT no pueden sacar alimentos de un supermercado para dárselos a quienes más lo necesitan, pero el gobierno del PP sí puede recortar la prestación de empleo, el salario de los funcionarios, subir el IVA... con el “hipotético” fin de “sacarnos de la crisis”. Está claro que lo que vale para unos, no vale para otros.

Ahora Mercadona ha presentado denuncia contra aquellos que llevaron a cabo dicha acción por, entre otros, “sustracción de comida”, pero es necesario preguntarnos aquí: “¿Quiénes son los ladrones?”.

Los supermercados a lo largo de las últimas décadas han generalizado un modelo de producción, distribución y consumo de alimentos que ha tenido consecuencias dramáticas para el campesinado, el pequeño comercio, los derechos laborales y el medio ambiente. Carrefour y Mercadona son los máximos exponentes de estas prácticas en el Estado español al encabezar el ranking de las grandes empresas que dominan el sector de la venta al detalle. Ambos supermercados suman casi el 40% de la cuota de mercado de la distribución de alimentos, según datos del 2007. 

En el Estado español, tan solo siete cadenas de supermercados controlan el 75% de la distribución de comida. Se trata, tras Carrefour y Mercadona, de Eroski, Alcampo, El Corte Inglés y las dos principales centrales de compra mayoristas Euromadi (con Spar, Schlecker, Guissona…) e IFA (con Condis, Coaliment, Supersol...). Nunca el mercado de la distribución de alimentos había estado en tan pocas manos. Lo que proporciona a estas empresas un enorme poder a la hora de decidir qué comemos, qué precio pagamos por aquello que consumimos y cómo se produce. 

Asimismo, los supermercados determinan un modelo de agricultura y de campesinado donde las producciones familiares y a pequeña escala no tienen cabida, promoviendo un modelo de agricultura industrial, intensiva e insostenible. El monopolio ejercido por los supermercados y la presión a los agricultores ha conducido a una situación donde estos cada vez cobran menos por aquello que cultivan. Los precios en origen de los productos agrícolas han llegado a multiplicarse hasta por once en destino, según datos del sindicato agrario COAG. Y se calcula que más del 60% del beneficio final del precio del producto se concentra en los supermercados. Actualmente, en el Estado español poco más del 5% de la población activa es campesina.

El  modelo de distribución comercial de los supermercados conlleva también consecuencias negativas para quienes forman parte de su plantilla laboral. Los trabajadores de estos centros están sometidos a una estricta organización laboral neotaylorista caracterizada por ritmos de trabajo intensos, tareas repetitivas y rutinarias, causantes de agotamiento, estrés y enfermedades laborales propias del sector. En lo que respecta a las condiciones contractuales, priman los bajos salarios y los horarios atípicos que generan en los trabajadores serias dificultades para conciliar su vida laboral con la social y familiar. 

A pesar de que Mercadona ha buscado cultivar la imagen de una empresa familiar, preocupada por el bienestar de sus trabajadores y consumidores, al igual que las grandes cadenas del sector, destaca por imponer unas condiciones de trabajo abusivas y practica una política de gestión de la mano de obra que se basa en el mantenimiento de una presión constante a los trabajadores para asegurar su rendimiento. En el Estado español, una de  las principales luchas sindicales contra una empresa de la gran distribución fue la mantenida en 2006 por los trabajadores de Mercadona en el Centro Logístico de Sant Sadurní d'Anoia. Además Mercadona ha tenido varias sentencias contrarias, por despidos improcedentes y acoso en el trabajo, durante los últimos años.

Hoy quien debería dar explicaciones frente a los jueces no son los sindicalistas del SAT con Juan Manuel Sánchez Gordillo a la cabeza, sino el propietario de Mercadona, Juan Roig, por las prácticas abusivas de Mercadona, que le han permitido amasar una de las principales fortunas del país, y ya de paso para dar explicaciones de los oscuros hilos que mueve tras las bambalinas de la política valenciana.

La acción llevada a cabo por los sindicalistas del SAT puede ser ilegal, pero en el contexto de crisis aguda en el que nos encontramos es del todo legítima, mientras que precarizar las condiciones laborales puede ser, lamentablemente, legal pero no tiene nada de legítimo. Y cada vez son más las personas conscientes de ello. De aquí que frente la legitimidad y el apoyo a estas movilizaciones, la única opción del poder sea la represión y la criminalización. Solidaridad, pues, con aquellos que no se resignan y luchan.


*Artículo publicado en Público, 09/08/2012. 
**Esther Vivas es coautora de “Supermercados, no gracias” (Icaria ed.).

Aquí enlazamos la entrevista que hicimos esta temporada a Esther Vivas:


viernes, 3 de agosto de 2012

El Sr. Draghi, el euro, el BCE y el Bundesbank



Una de las frases que se han estado reproduciendo con mayor frecuencia en los medios de mayor difusión a los dos lados del Atlántico es que “el euro está en peligro de desaparecer”. Una y otra vez se subraya que el euro puede colapsarse creando un enorme problema, no sólo a los países de la Eurozona, sino a toda la economía mundial, resultado de la importancia que ha adquirido tal moneda a nivel internacional. El euro, sin embargo, no está en peligro de desaparecer. Como bien dijo el Sr. Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, en su conferencia de prensa última (02/08/12), “el euro no ha estado ni estará en peligro”. En realidad, el Sr. Draghi podría haber hecho referencia a que el euro continúa estando por encima del dólar, habiendo descendido algo desde su momento de auge, pero permanece todavía por encima del valor que muchos sectores exportadores de la Eurozona desearían. Y el hecho de que no esté en peligro se debe a que las fuerzas dominantes que determinaron su establecimiento continúan existiendo y beneficiándose de su existencia.

Aquellos que continúan insistiendo en que el euro está en peligro ignoran o desconocen cómo y el porqué se estableció. El euro se creó como un mecanismo para integrar la (dividida) Alemania post-nazi dentro de la Europa democrática. La reunificación de las dos Alemanias, deseada por la estructura de poder de aquel país, atemorizaba a la mayoría de países aliados que habían ganado la II Guerra Mundial, temiendo que surgiera de nuevo la Alemania unida frente a los países aliados (como Francia y Gran Bretaña) que habían sufrido dos veces en un siglo las ansias expansionistas de aquel país. De ahí que el presidente Mitterrand (que había dicho que quería tanto a Alemania que quería dos de ellas, en lugar de una) propusiera que el marco alemán fuera sustituido por una moneda europea –el euro-, a fin de anclar la nueva Alemania en la Europa democrática.

La condición que puso el gobierno alemán, sin embargo, fue que el euro fuera gobernado por una institución (el Banco Central Europeo, BCE) en el que el Bundesbank (el Banco Central alemán) tuviera la mayor influencia: en realidad, el BCE estaría bajo su control. La otra condición que puso Alemania fue la aprobación del Pacto de Estabilidad, que sometía a todos los países de la Eurozona a condiciones de gran austeridad fiscal, que deberían respetarse incluso en condiciones de recesión, como ahora. Para entender la aceptación de estas dos condiciones (que han tenido un impacto negativo en el crecimiento económico de toda la Eurozona) por parte de los países aliados, hay que entender el dominio hegemónico del neoliberalismo (iniciado por el presidente Reagan en EEUU y por Margaret Thatcher en Gran Bretaña) a los dos lados del Atlántico. Un promotor de tal ideología fue el capital financiero alemán, que estableció el control de la inflación como el objetivo central del establecimiento del sistema financiero europeo, centrado en el BCE, intentando a la vez disminuir el rol de los Estados y en su lugar, favorecer a la banca privada y al mundo empresarial exportador. Y así se hizo.

 (...) 
Vicenç Navarro

Seguir leyendo:
http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2012/08/03/el-sr-draghi-el-euro-el-bce-y-el-bundesbank/

jueves, 2 de agosto de 2012

Claves para entender la situación actual

Os propongo recuperar este programa de hace año y medio, pero que puede ser claramente significativo en la situación actual:


Desde hace unos años, la habitual utilización del miedo como medio de control de la población (arma usada d esde tiempos inmemoriales), de dominio y de poder, ha adquirido tintes verdaderamente perversos. Hoy en día es de modo organizado, sistemático, y basándose en estudios científicos, como se usa el miedo. 

Nuestro individualismo, el neoliberalismo, la pasividad de la sociedad, la tortura, el consumismo, los desastres naturales, ¿tienen alguna relación? 

Trataremos de responder a esta pregunta con la ayuda de Guillermo Fouce, Presidente de Psicólogos sin Fronteras. Profesor de Psicología Social de la Universidad Carlos III de Madrid. 

(Si este programa te gusta, compártelo con tus contactos.)



miércoles, 1 de agosto de 2012

Ni perdón ni olvido


Se llamaba M.F. Era electricista. Tenía 45 años, mujer y una hija menor de edad. Había agotado el paro y sólo cobraba 300 euros de pensión por la depresión que le diagnosticaron por no encontrar trabajo. No podía pagar el alquiler de su casa. Durante nueve meses ocupó con su familia una vivienda de protección oficial vacía. Pero llegó la orden de desahucio. Le urgían a abandonar la casa. Inmediatamente. Se fue al ayuntamiento de su localidad. Les pidió que realojaran a su familia en un albergue “porque hacía mucho frío para quedarse tirado en la calle con su familia”. Era noviembre. No le hicieron caso. Pidió, entonces, por dos veces, una demora de un mes en la ejecución del desahucio. No se la concedieron. La ejecución tendría lugar. Pero antes de lo que los ejecutores pensaban. A las cinco de la tarde, como decía el fatídico poema de Lorca, salió a la calle con una cuerda. Fue hasta un parque cercano a su casa. Lanzó la cuerda por encima de la rama de un árbol. Y se ahorcó. A la vista de todos. Para que lo vieran los que no quisieron verle.

No ocurrió en Grecia donde varios ciudadanos se han quitado la vida en la vía pública porque nada hay más público que un sistema que aniquila a los suyos. No, ocurrió en España. Ocurrió en el Parque de las Setas del barrio del Gornal en L’Hospitalet. Ocurrió en 2010 cuando la crisis empezaba a cobrarse sus primeras víctimas, algunas mortales. Ocurrió cuando en los parques empezamos a ver ahorcados, ahogados, estafados, despedidos, ocurrió cuando empezamos a ver desahuciados en los bancos de la calles, mientras en los bancos del dinero crecían como setas los estafadores, mientras en los bancadas del congreso crecían como setas los recortes, mientras en los banquillos de los juzgados se agosta la justicia.

Han pasado dos años de aquello, de aquel día en el que M.F., Miguel, Manuel, Marcos, se colgó de un árbol en mitad de un parque. Miramos atrás y todavía está ahí colgado. Miramos atrás y vemos una hilera de ahorcados. La última, Mari Ángeles, una celadora del Hospital Universitario de la Coruña, de baja también con una depresión como M.F, a la que obligaron a reincorporarse por la falta de personal, por los recortes que están recortando vidas literalmente. Se lanzó desde el 9º piso del centro. Miramos hacia arriba y vemos a los verdugos empujando a las víctimas hacia el vacío. Miramos atrás y les vemos apretar el nudo de la soga.

Miramos atrás y hacia arriba y vemos a dos gobiernos que no han detenido los desahucios, que no han impuesto siquiera la dación en pago, que no han rescatado a los que ahorcados pero sí a los bancos que les vendieron la cuerda, que no han encerrado en prisión a esos verdugos que estafaron a sus clientes y a todos los ciudadanos, que les han dejado irse con las bolsas cargadas de dinero, que no les han sentado en el banquillo de acusados y que han amnistiado a los más estafadores. Miramos atrás y vemos a dos gobiernos que han recortado derechos laborales, días de despido, pensiones y sueldos.

Miramos a nuestra espalda, sólo a estos seis últimos meses y vemos a un gobierno que ha subido los impuestos que aseguró que no subiría, que se los ha subido a todos menos los que más tienen, que nos cobra aún más por estar enfermos, que hecho el mayor recorte de derechos laborales de la democracia, el mayor recorte en sanidad y educación y el mayor rescate a la banca con nuestro dinero, que nos ha hipotecado de por vida, que nos lo ha ocultado, que ha llamado “el enemigo” al ciudadano y ha criminalizado su inevitable grito de queja cuando le pegan, que le ha perseguido a golpe de bolas de goma, que ha enterrado vivos a los mineros y a las personas dependientes, que ha recortado a todos los empleados públicos menos a ellos que son los más empleados de todos aunque los menos públicos en su gestión.

Miramos hacia arriba y seguimos viendo a Mari Ángeles caer empujada por los de arriba. Miramos atrás y seguimos viendo a M.F. que sigue colgado del árbol. Ahí siguen. Para que no olvidemos ni perdonemos.

Javier Gallego.

Extraído de:
http://blog.rtve.es/carnecruda/2012/07/ni-perd%C3%B3n-ni-olvido.html