Por qué no hay ni habrá huelga general
Los sindicatos y la patronal apuestan por el diálogo social pese al empeoramiento del desempleo y el creciente descontento de amplios colectivos de trabajadores sin amparo oficial. Ambos interlocutores aluden a su responsabilidad para justificar su apelación al diálogo en lugar de la confrontación. Pero hay otras causas menos plausibles. Sindicatos y patronal se han repartido más de 16 millones de euros sólo en 2008 en subvenciones oficiales por participar en órganos consultivos del Ministerio de Trabajo, es decir, por el llamado diálogo social, un diálogo muy rentable.
Tres millones de parados, camino de cuatro, una situación crítica de las economías domésticas, con la morosidad disparada y la dificultad para llegar a fin de mes en términos históricos. Y, sin embargo, paz social, nadie se mueve en la calle, apenas unas manifestaciones de afectados por expedientes de regulación de empleo, y sindicatos y patronal llamando a la calma en lugar de soliviantar a las masas. Francia acaba de vivir una huelga general, y las calles se han llenado de protestas en países como Italia y Grecia. En España, con muchos más parados, reina la paz social; ¿por qué?
La razón puede ser que a patronal y sindicatos les resulta muy rentable esta paz social. Sólo en 2008 recibieron del Estado más de 16 millones de euros en concepto de subvenciones por participar en órganos consultivos del Ministerio de Trabajo e Inmigración. No es la mayor subvención que reciben (sólo por su participación en cursos de reciclaje para desempleados manejan muchos más fondos), pero es curioso que su labor de asesores les reporte tan jugosos ingresos, según publicó el Boletín Oficial del Estado el pasado día 28 de enero (de 2009).
Comisiones Obreras (CCOO), la Unión General de Trabajadores (UGT) y la patronal CEOE acapararon el 95% de las subvenciones, con 7,5, 7,2 y 2,1 millones de euros respectivamente. Pero del maná de las subvenciones no se quiere librar nadie, desde los sindicatos nacionalistas como el vasco ELA-STV o el gallego CIG, al sindicato anarquista CGT. El diálogo social está muy bien pagado.
Felipe González sufrió cuatro huelgas generales durante su mandato. Su sucesor, José María Aznar, debió enfrentarse a un paro general en 2002. Eran otros tiempos. Las huelgas, con el pan de las subvenciones del BOE son menos. O así deben pensar patronal y sindicatos, que también se han puesto de acuerdo en guardar un respetuoso silencio sobre el anuncio del BOE.
(Extraído de soitu.es.)
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